Venezolano: diversidad

2f38e7a9786c441676c21eb6c8c55a65Como todas las nacionalidades, el venezolano tiene unas características que lo distinguen dentro de su país y afuera. La ligereza con la que el venezolano etiqueta y  se «autoetiqueta», a veces, es alarmante. Por ejemplo: somos amigables, kinestésicos, bebedores, relajados, playeros, gritones, bailarines, divertidos, entre otras cosas. Esto muy a pesar de que muchos venezolanos no se identifican con estas características.

Existen otras opiniones que se expresan del venezolano como un ciudadano flojo, bochinchero, que alardea de lo que no tiene y pare ud de contar. En su defensa, hay otros argumentos que indican que el venezolano es trabajador, inteligente, con habilidades para resolver y luchador. Bueno, frente a todos estos argumentos hay que decir, que para algunas personas nosotros somos así, y para otros no tanto. Generalizar trae profundas y frecuentes situaciones.

Hay algo que sí es inherente en la idiosincrasia del venezolano: diversidad. En Venezuela, gracias al boom petrolero (por allá en 1908) fue receptor de un gran número de extranjeros. A raíz de esta situación y al pasar del tiempo, Venezuela fue la mira para muchos ciudadanos de distintas nacionalidades, posteriormente, durante la Segunda Guerra Mundial (por 1943) Venezuela también jugó su papel de receptor de ciudadanos que buscaban un país donde renacer. Y así pasó durante décadas, mientras países latinoamericanos sufrían por distintas razones (sociales, bélicos, políticos, naturales) Venezuela mantenía sus brazos abiertos. Aunque sería imprudente no hablar de La Colonia como el génesis de nuestra diversidad.

Venezuela pasó de la agricultura al petróleo, de ser indígena a ser multicultural y cosmopolita. Las comunidades árabes, haitianas, colombianas, africanas, peruanas, portuguesas, españolas, italianas, chinas, alemanas son parte de la rutina de cualquier venezolano. La riqueza gastronómica, artística, cultural, el mestizaje, la arquitectura, nuestro léxico, hablan de esa mezcla que durante décadas decantaron en la Venezuela de hoy.

Por otra parte, y temporalmente más acercados a nuestra realidad, el venezolano, en el aspecto social, está viviendo cambios. Durante largo tiempo se han dado procesos internos y se crearon barreras, distancias y fomentado un rechazo a los otros estatus sociales, de manera que, existe un profundo clasicismo en el país. Esto, inevitablemente, trae sus consecuencias (muy graves por cierto) como el resentimiento, solo por nombrar un ejemplo.

Definitivamente estamos de acuerdo que «el mirar por encima del hombro», ignorar y denigrar a otro ciudadano por su estrato social no debería ser parte de lo que es Ser Venezolano. Por ejemplo, hoy, el venezolano (en el exterior) goza de una «fama» que pareciera un secreto a voces, o que no nos gusta escuchar o nos hacemos de oídos sordos, y es que alardeamos de lo que carecemos, con gritos, con gestualidades, con comentarios fuera de lugar y, aveces, con prepotencia, con los temas que giran al rededor del dinero y los bienes materiales ¿Pero de dónde vendrá eso? ¿somos los venezolanos así dentro y fuera del país?

Hay preguntas que son dignas de reflexión. El clasicismo en Venezuela es una realidad, y tiene un origen, tiene un detonante, tiene una expresión y como todo, tiene sus consecuencias. El imaginario del venezolano goza de algunas «taras» que han permeado las generaciones y todos los niveles, contribuyendo así a una resta en los procesos sociales habituales. El tema de clases en Venezuela, puede nombrarse de «particular», partiendo de sus -históricos- altos índices de pobreza y miseria. Esta bidireccionalidad «negativa» crea un cúmulo de complejos (superioridad o inferioridad) que están a flor de piel y que cualquier detonante puede accionar (en distintas magnitudes) una reacción (por lo general negativa) que, a pesar de su complejidad y profundidad, puede evitarse y puede sanarse.

La complejidad histórica en Venezuela debe llamarnos a reflexión. Nuestras creencias y métodos no necesariamente son las correctas. Esas «taras» libertadoras y petroleras son solo las primeras barreras a derribar para alcanzar el éxito como país y como venezolanos. Pero, sobre todo, para ser dignos de esa diversidad geográfica perfecta que es nuestra patria Venezuela.

Sí te da flojera leer la nota, entonces escúchala aquí

 «Burro que piensa bota la carga»

 

 

3 Comentarios Agrega el tuyo

  1. NANCY dice:

    EXCELENTE!}

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    1. Gracias estimada. No olvides seguirme en Twitter: @Bimba_site y en Facebook: facebook.com/JuanBimbaSite/

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